jueves, enero 22, 2009

El último dia de espera


Antes de que Él abriera la puerta de su casa se detuvo en seco, paralizado como una liebre que descubre a su depredador. A sus narices llegaba el aroma del perfume que tantas veces soñó sentir de nuevo y entonces supo que la espera había terminado. Abrió la puerta y vio la carta en el piso, al lado de la factura de Gas; inerte, pasiva, de un blanco inmaculado como su guardapolvos de 5to grado, y con la inconfundible letra de Ella. Sintió un pánico exquisito, que hizo que un cosquilleo eléctrico se alojara en la boca de su estómago. Se inclino en cuclillas primero y luego se sentó en el piso, al lado de la perfumada carta, dejando reposar su espalda sobre una de las paredes beige del living. La tomo entre sus manos; acaricio la textura del sobre como si fuera la delicada piel blanquecina de Ella, olió su fragancia una y otra vez de manera casi obscena. Trato de adivinar la cantidad de hojas por el peso; el tipo y color de tinta, la cantidad de oraciones y párrafos, y su contenido. Fantaseó con las disculpas tan ansiadas, con una promesa de retorno y una frase final, tan solo una, que liberaría a su alma y corazón de su monótona y triste existencia… “otra vez te quiero”. Entonces se reincorporo, fue hasta la cocina, tiró la carta cerrada a la basura y nunca mas volvió a pensar en Ella ni a esperar su retorno.-

sábado, enero 10, 2009

Recuerdo de una noche de verano


¿Te acordás de la noche de tu cumpleaños de 16 ? El valsecito de la pianola se abría paso por la casa hasta nosotros, por fin solos, en el patiecito de adelante, y se mezclaba con el murmullo de las cigarras. El fervor del día aun se sentía en nuestros pies desnudos que descansaban en el cemento caliente. Recuerdo tu perfume de entonces, inmortal como nosotros en aquellos tiempos, estimulante como el roce de tu mano sobre la mía, y entonces también cierro mis ojos, y repaso el sabor de tus labios, y siento alborotar mi estómago y corazón como la primera vez, como si no hubiera pasado el tiempo, como si aún estuvieras a mi lado.-

sábado, enero 03, 2009

Amar del Plata


Entonces te descubrí de nuevo en mi puerta, y todos los meses que habían pasado cayeron pesadamente sobre mi ser con certera fatalidad. Tu aroma a mediterráneo escapaba a gritos de tu piel dorada e inundaba la habitación cargándola de un incienso de ilusiones. Luego una cena, la caminata acostumbrada por la costa y un té de ananá con el mismo dulce aroma embriagador y apacible de tus ojos, frente al mar, otro mar, nuestro mar.