domingo, julio 27, 2008

Un segundo antes de morir




Entonces lo supo..., siempre había escuchado o leído que en el instante previo a morir pasaba toda la vida de una persona por delante de sus ojos. Pero lo que no imaginaba es que también pasan los olores, sabores y sensaciones, y que se sucedía todo a la vez, mezclados pero cósmicamente armoniosos; el caos ya no tenía significado alguno. Sentía todo en su alma, el olor a las tostadas quemadas de su niñez, el café con leche previo al viaje a la escuela, el pelo mojado de su perro, la crema para después del sol que le puso una tía en una noche de verano de los 80 en Mar del Plata, la gomina glostora, el ruido de los zapatos negros de cuero de 5to grado, el perfume de su maestra María Esther, la última vez que vio a su madre en el hospital, su primer viaje en el autobomba del cuartel, el crujir del piso de madera del salón de la escuela Don Bosco en la tarde que fue por primera vez al cine, todos sus primeros besos y también todos los últimos, todos sus rechazos, todas sus decepciones, y todas las veces que dejo, el sabor de cada una de sus lágrimas y también el de sus amantes, sintió como flotaba en el mar en un atardecer increíble que había olvidado, la vez que se metió a surfear las olas lloviendo en pleno invierno, las pizzetas fritas de su abuela, la cortina musical del programa de radio que escuchaban en el auto junto a su madre esperando que saliera su padre del trabajo, cada uno de sus puntos jugando al basquet, la vez que perdió la final del campeonato de fútbol infantil, revivió todas las charlas con sus amigos, las caminatas por la rambla, los ocasos y los amaneceres. A sus abuelos y abuela, el primer barrilete, los trabajos de plástica, la textura de la brillantina y las plasticolas de colores. Revivio toda su existencia. Sintió tanta satisfacción y felicidad que estalló su pecho, se sintió volar y despojarse de la pesadez de su cuerpo, supo que había sido feliz y había echo feliz, y también supo que su existencia apenas había comenzado.

3 comentarios:

tween dijo...

¿recordaré yo todas las cosas vividas cuando sea más grande y tenga un aún mayor caos mental?...eso del sabor del café con leche y el olor a pan tostado es tan clásico.
Esto me lo habías mandado y siempre me gustó, lo tengo en un block de notas guardado por ahí, pero extrañamente pensé equívocamente que era un personaje más de tus relatos...o quizás es así, pero ahora, en este momento las líneas me dicen que eres tú. En todo caso loco, te queda mucho por vivir...un beso y sigue recaudando vivencias para después escribir tu libro...

Mariel dijo...

que bueno dejar esta tierra de una forma tan tranquila, no?? recordando todas las cosas que a lo largo de nuestra vida, nos van alimentando el alma, y que mejor aun??, recordar todo lo bueno...

Anónimo dijo...

Buenísimo, excelente...alguien que es capaz de sentir de ésta manera y encima lo puede trasmitir no es fácil de conocer...te felicito, lograste llenarme los ojos de lágrimas, eso si....por qué no hay nada mas actual??